Y en mi corazón un collar de espinas de rosa,
En mis brazos la condena de una vida entre las sombras,
En mi piel derramada la cordura, abandonada la ilusión,
Entre mis dedos se escapa el aire, me traspasa una nube,
Hay en mis ojos una ausencia clavada, un dolor anudado,
Hay en mi rostro un reflejo roto,
Todo el caos del mundo olvidado, en mi, ha anidado.
Un suspiro se deshace desde mi boca hasta el mar,
Los labios se me agrietan cuando el frío los acorrala,
Cuando tu viaje es demasiado largo y llegas tarde,
Se desvela la luna cuando dices adiós y es dudoso tu regreso,
El sol tímido bosteza recordando que el tiempo se apura,
Que no has vuelto, que él, pronto, también se marcha.
Es temible la soledad, me embruja el firmamento,
Las huellas en la arena dibujan el camino de mi destino,
Mientras, las estrellas en el cielo imitan mis pasos,
Dejando piedras en la senda, plantando flores cuando lloro,
La calle esta vacía cuando llueve, y yo corro y grito al viento,
Bailo bajo la lluvia para acunar al silencio, para acurrucar el sueño.
Hojas de otoño en mi pecho, y en mi andar el invierno perezoso,
Un arco iris se a posado en la puerta de mi mundo,
Y esta escuchando susurros de esperanza, murmullos del pasado,
Gotas despidiéndose de la noche, el aliento ahogándose,
Las horas se deslizan por el río buscando un motivo, un guía,
Una excusa necesito para que lata mi alma, para que no caiga,
Persigo una droga, para sonreír, para no saltar al abismo,
Para no dejarme llevar a lo hueco, a lo profundo, a lo oscuro.
Laura Fuentes Vega
1 comentario:
Precioso!!
persigue la droga del amor! la amistad! y las flores!la vida...
Un abrazo grande
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