Cartas al pasado

Alguien dijo un día,que el mundo estaba loco,
y que la ilusión que la lluvia y el sol traen,
son la esencia que nos hace sobrevivir.
Yo que hace años que no respiro bien,
profundamente, sigo imaginando para no morir.
Ya la agonía no hunde mi corazón,
ahora camino como alma en pena,sonriendo,
pues la luna me enseño a no caer,a tropezar y levantar,
como quien se roza con cristales y no se hace daño,
y vuelo como mariposa negra sin alas,
como bruja sin escoba y fantasma sin cadenas...

Suspiro en la noche,envolviéndome en su manto,
la oscuridad me mece como niña asustada,
ya no estoy loca por tus huesos pero añoro el beso,
el beso de la muerte que cubre mis heridas,
que nunca existió y se quiebra en un mar negro,
lleno de recuerdos,de palabras cortadas,
de silencios eternos,olvidados,arrancados por el viento...
Se que es tarde para salvar lo que no tiene vida,
y aun así llora mi mirada y me escondo,
y aun así tiembla mi pulso y susurran las estrellas,
el olvido no existe,el pasado no muere,
pasa el tiempo tan solo,y las arrugas aparecen,
tapan cicatrices,cubre mentiras,remordimientos...

Muerdo la luz de la mañana, soy frágil,lenta,
soy de cristal y hielo,de terciopelo rojo,
soy como peluche dejado bajo lluvia gris,
un banco abandonado,un árbol mutilado,
soy como rosa seca,como secreto marchito...
Ya no creo en nada,
salvo en cuentos e historias que ya no leo,
en leyendas que ya apenas invento...
Soy culpable de no pararme a mirar las olas,
ya no escucho su rugir,sus gemidos,sus lamentos,
me acorrala el reloj,me empuja al abismo,
y no hay realidad peor que la soledad,
y no ay infierno peor que esta incertidumbre.

Camino hacia las nubes y hacia el cielo,
para allí dormir por fin tranquila,
quiero viajar lejos,escapar de la rutina,
romper muros de sal y barreras de barro,
fronteras de arena,no soy muerta en vida,
tampoco muñeca ni marioneta de nadie...
El firmamento puedo tocarlo al cerrar los ojos,
también tu cuerpo,tu rostro,tu corazón,
mi piel desnuda es transparente,
gotas de luz bajan,lágrimas negras desaparecen en él,
hay cartas que nunca llegan,
palabras que no se dicen,
pero por el aire vuelan
lo sabes como yo y sonríes,
el destino no une lo que jamás...
lo que desde un principio estuvo condenado al fracaso...
Quizá te llegue esta carta hoy,tal vez mañana,
te pediría que vinieras a buscarme,
pero no estaré,siempre fluiré,seré invisible,
hasta que aprenda a querer otra vez...

Laura Fuentes Vega